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Son muchas las definiciones que se han dado de repositorio, pero siguiendo la opinión de Melero (2005, p. 260), los repositorios entendidos como archivos donde se almacenan recursos digitales (textuales, de imagen o sonido) surgen de la llamada comunidad e-print, preocupada por maximizar la difusión y el impacto de los trabajos científicos depositados en los mismos.
Los repositorios son archivos digitales que contienen información científica generada por universidades o centros de investigación, a la que se puede acceder libre y gratuitamente a través de la Web. Los beneficios y ventajas que estos depósitos abiertos aportan al mundo científico, hacen que se manifiesten como una gran revolución en el campo de la investigación y su existencia esté avalada y apoyada por multitud de instituciones de todos los países. Permiten la recuperación, reutilización y preservación de los resultados de la investigación, además de favorecer la difusión y la visibilidad de la producción científica, garantizando de forma efectiva el avance de la ciencia.
Por su parte, López Medina (2007, p. 3) define repositorio digital como un sistema en red formado por hardware, software, data y procedimientos, con las siguientes características:
La mayoría de los autores coinciden en señalar dos tipos de repositorios digitales: los temáticos, que contienen contenidos en función de un área del conocimiento concreta y los institucionales que son en los que nos vamos a centrar hasta el final de nuestro trabajo.
Lynch (2003) define repositorio institucional como un conjunto de servicios que una institución ofrece a su comunidad para la gestión, y difusión de los contenidos digitales generados por los miembros de esa comunidad. Es, en su nivel más básico, un compromiso organizativo para el control de esos materiales digitales, incluyendo su preservación, su organización, acceso y distribución.
López Medina (2007) otorga a los repositorios institucionales las siguientes funciones:
Por su parte Melero (2005), les confiere funciones como la de servir de perfil, sello de calidad y “marca” de identidad de la institución, así como la de favorecer la difusión, la visibilidad, la preservación y aumentar el impacto de la producción científica.
Otra cualidad técnica importante de los repositorios institucionales, es la interoperabilidad o capacidad de intercambiar datos, a pesar de que cada uno esté creado bajo un programa informático u otro y presente características formales diferentes. Gracias a la Iniciativa de Archivos Abiertos u Open Archives Initiative (OAI), que no se puede confundir con las siglas del Open Access (OA), la interoperabilidad entre repositorios se puede conseguir. Atendiendo a la definición de Suber (2007), la OAI, iniciada en 1999, define un protocolo para recoger metadatos de ficheros de datos que residen en archivos separados. Cuando el protocolo es utilizado por servicios de datos como motores de búsqueda, éstos pueden procesar los datos de archivos separados como si residiesen en un solo archivo. En términos técnicos, el protocolo de recolección de metadatos soporta la interoperabilidad.
Como afirma Melero (2005, p. 261), la OAI propugna la creación de repositorios abiertos y distribuidos que contengan al menos los metadatos de los recursos que albergan o que describen. Sus objetivos son los de crear y promover estándares de interoperatividad que contribuyen a facilitar la difusión eficaz de los contenidos de estos archivos. Uno de los logros alcanzados por este proyecto ha sido la creación de un protocolo de metadatos denominado OAI-PMH (Open Archives Initiative-Protocol for Metadata Harvesting), que es el que utilizan, entre otros, los repositorios institucionales para la transmisión de contenidos.
Siguiendo la historia del protocolo descrita por Barrueco y Subirats (2003), la versión 1.0 se publica en el 2001 y un año más tarde lo hace la 2.0 que es en la que nos encontramos en la actualidad. Su arquitectura se basa en clientes, o archivos que proporcionan la información, y servidores, recolectores o servicios que toman los datos, con el objetivo de incorporarlos algún valor añadido y presentarlos a los usuarios finales. Así pues tendremos los proveedores de datos (data providers), que serán los repositorios propiamente dichos y los proveedores de servicios (service providers), que serán los que lanzan las peticiones a los anteriores para recuperar la información. Esta información tiene que ir codificada en metadatos Dublin Core sin cualificar, para minimizar los problemas derivados de las conversiones de múltiples formatos.
Referencias
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