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Se postula una epistemología –Informacionismo- basada en la información que gobierna nuestras vidas. La información, quizá el mensaje, llega al cerebro en forma de diminutos impulsos, -quanta de información- impactando las neuronas, activándolas, por lo cual se convierten en quanta de información útil. Se estudia entre otras cuestiones, la evolución neuronal del ser humano, por causa de la información. Se estudian otras teorías neuronales de la información. Se citan ciertas definiciones de información, como asimismo sus connotaciones y peculiaridades. 1. IntroducciónEn estos momentos históricos de cambios en las estructuras sociales, está teniendo lugar un proceso de transmutación que afecta a todas las manifestaciones humanas. Su mayor influencia se deja sentir en los principios conceptuales, relacionados con las bases teóricas de una gran parte de las disciplinas científicas. La información, considerada en su conjunto, como un elemento primordial, también se ve afectada por las transmutaciones que tienen lugar actualmente.2. Evolución Histórica Descartes (1596-1650 d.C.), quien en su famosa frase “pienso luego existo” atribuye al pensamiento un valor absoluto y válido en sí mismo, que confiere naturaleza al ser. A ese pensamiento se llega por un proceso de asimilación de la información, elaborando conocimiento. Interesante es igualmente, la versión de Christoph Martin Wieland (1733-1813 d.C.), que habla de la información, del entendimiento y la información del corazón. En el Oxford English Dictionary, figuran una buena cantidad de definiciones de información desde el siglo XIV. Además de señalar la información como un elemento para formar la mente e instruir y enseñar, habla de su función como consejo, advertencia; así como su valor en sentido legal. El Diccionario Enciclopédico Abreviado, editado por Espasa Calpe, recoge este concepto atribuyéndole las mismas características y atributos. 3. Evolución en los siglos XIX, XX Y XXI Es quizá hacia finales de los años 80 del siglo XX -se debe ser cauteloso en estas afirmaciones- cuando se empiezan a estudiar sus connotaciones neurológicas como tales –asimilación neurológica-, así como sus relaciones con la teología y con la hermenéutica. Todos estos estudios se conducen al unísono con el desarrollo de las técnicas informatizadas de las comunicaciones, la informática y todo lo que supone la ciencia computacional. 4. Qué se entiende por Información Es “todo” y “nada” al mismo tiempo. Efectivamente, es “todo” por cuanto que por su utilización, mental o físicamente, se puede llegar al conocimiento y de ahí, por ejemplo, tomando su lado más pragmático, a la investigación, la ciencia, la sabiduría y la verdad –verdad objetiva, relativa y condicionada-. De este razonamiento se concluye una connotación trascendental de la información, pues, siguiendo en esa línea, de la verdad se llega a la evidencia y a la certeza. Por último, se alcanzaría la sabiduría. 5. Teoría neuronal: quanta de información útil Se puede afirmar que las neuronas se impactaban por impulsos recibidos del exterior, de manera que se ponían en actividad, es decir, se activaban confiriendo al individuo –ser humano- mayor capacidad de razonamiento, incrementando su inteligencia. Cada generación será más inteligente que la anterior, puesto que está recibiendo información continua y abundantemente. Parece que puede ser cierto, teniendo en cuenta los descubrimientos e inventos, que, asimismo, se vienen sucediendo continuamente. Su famosa frase “el saber sí ocupa lugar” ha dado la vuelta al mundo. Los impactos venidos del exterior al cerebro, configuraban pequeños “quanta de información”, que inmediatamente seguían los procesos ya citados, para elaborar conocimiento, y posteriormente, ideas convirtiéndose en "quanta de información útil". Y este es un fenómeno que se viene produciendo desde que el hombre es hombre, o quizá antes. Helmut Arntz asegura que el homínido pasó a hombre, precisamente por sucesivas captaciones y asimilaciones de la información recibida en su cerebro desde el exterior, de su medio ambiente. 6. Teorías neuronales de la Información Es pues, así, que sabemos que se realiza un proceso -asimilación neuronal- de la información cuando llegan al cerebro ciertos impulsos, o quanta de información útil, originando, como consecuencia, conocimiento, producto utilizable. Diversos autores han investigado este trascendental tema y han elaborado distintas teorías que, hoy, yo puedo calificar como “teorías neuronales de la información”. Para estudiar algunas teorías neuronales, hay que remontarse a mediados del siglo XX, cuando C. E. Shannon publicó su Teoría de la Información, que se puede considerar como punto de partida. Algo más tarde, en 1988, me cupo la satisfacción de dar a conocer mi teoría de los quanta de información útil. Desde entonces se han ideado muy diversas teorías de muy variada índole. La mayoría de ellas intentan buscar paralelismos entre los procesos que tienen lugar en el cerebro y los mecanismos que realizan los ordenadores, de acuerdo con unos programas preparados de antemano, para que la máquina realice la función para la que está fabricada -por el ser humano- nota de la autora. Hay quien opina que se ha realizado el proceso inverso, es decir, el funcionamiento de las máquinas hizo pensar, o buscar, un funcionamiento semejante en el cerebro. Sea como fuere, esas teorías han sido elaboradas por diversos estudiosos e investigadores de la ciencia de la información - information science. Para estudiar este proceso de asimilación neuronal, se van a exponer algunas opiniones, consideradas como relevantes y punto de partida para sucesivas investigaciones. Se empieza por John McHale, quien considera la información como un bien de consumo, que el ser humano debe utilizar para su provecho y procurarse un mayor nivel de vida. Supone que los seres vivientes usan sus sentidos para recoger información del medio ambiente. Distingue el ser humano de los otros vivientes, ya que es capaz de “tratar” la información de una manera consciente. Utiliza un sistema de símbolos para comunicarse con sus semejantes. También hace referencia al entorno cambiante, y cambiable –nota de la autora- de la información, pues supone que por su influencia y uso varían nuestras condiciones de vida, nuestros principios fundamentales, y nuestras manifestaciones culturales… El mayor o menor uso de la información, dará la medida de la evolución del ser humano. Las sociedades más informadas tendrán mayor posibilidad de formular opciones. Por su parte, Fred I. Dretske, confiere a la información una naturaleza holística, fundamental, primera. Dice que al principio, lo que había era información, el mundo vino después. La transición, quizá mejor, transmutación –nota de la autora- se realizó por el desarrollo de organismos con capacidad para explotar selectivamente la información con el fin de poder sobrevivir y perpetuar su especie. La información llega al cerebro, impacta en las neuronas activándolas. Para que se produzca un efecto, el cerebro debe tener una escala referencial, adquirida por sucesivas capturas de información desde el mundo exterior. Se me antojan un poco incoherentes estas teorías, pues surge la pregunta sobre el origen de la información. Si de ella ha salido el mundo, quizá quede un poco mermada la idea de un creador omnímodo, o ¿es la información la que ocupa ese lugar? Otro investigador interesante por sus teorías es Thomas J. Froelich, quien se ocupa de la información como elemento para formar conocimiento, pasando luego, a estudiar este último. Nos dice que el pensamiento no es absoluto, depende de la naturaleza de cada individuo, de su sistema referencial y de su escala de valores. Hasta aquí, nada nuevo; pero continua afirmando que el pensamiento puede ser válido, siempre y solamente desde el punto de vista del individuo pensante, por tanto, hay que dar la vuelta a la famosa frase de Descartes y considerar: “existo, luego pienso”. La actividad pensante es humana y lleva implícita la información como elemento, causa y efecto. Confiere al pensamiento una función social. Cada pueblo -conjunto social- creará una forma diferente de conocimiento y de pensamiento. 7. Otras teorías interesantes Igualmente, parecen interesantes las teorías de R. M. Bergstrom. Para él, el ser humano se comporta como un sistema de comunicaciones en el que el cerebro ocupa la posición central. Aquí se reciben y se emiten las señales desde y hacia el interior del sistema. El cerebro posee la “habilidad” de procesar las señales que recibe del exterior. La información supone ser la materia prima para elaborar esas habilidades. Dice, asimismo, que se debe distinguir entre información y procesamiento de la información. He aquí, una referencia a esa diferencia, que intuye una información, considerada como “fenómeno” y otra como “proceso”. Por sucesivos razonamientos se puede llegar a distinguir entre “información” y “ciencia de la información”. Así como otros autores, equipara el cerebro con la máquina –quizá computadora- asegurando que la información es materia prima que mueve ambos, por tanto, compara la información con la energía. Se estima que la capacidad informativa del cerebro se produce a unos 109 bits/seg. en su estructura cerebral. Sin embargo, sólo llegan a la esfera de lo consciente unos 100 bits/seg., lo que supone una pérdida de 107 bits/seg. en el paso del nivel fisiológico al psicológico. Los seres humanos tenemos capacidad para mayor desarrollo cerebral, para ser más inteligentes. Falta el mecanismo para pasar de la esfera de lo “inconsciente” a la de lo “consciente” . Ahora, se pasa a considerar las teorías de Brier, quien habla de la interpretación del mensaje, distinto de información, para hacerlo inteligible y comprensible para el receptor. El cerebro y la máquina, conjuntamente, son los responsables de esa comprensión, donde se incluye un proceso cognitivo. Brier es uno de los que, junto con M. Leupolt y otros investigadores de esa línea, entre los que me encuentro, piensa que se debe extender el proceso cognitivo también a todos los seres vivientes, es decir, los animales y las plantas. Alexander King, supone una relación de fenómenos, sucesos y estadios de entendimiento, cada uno a un nivel superior y más complejo de abstracción, para llegar al “conocimiento” del mundo en que vivimos y poder acomodar nuestros actos a ese mundo. La información se sitúa en cada uno de esos estadios, como base, o como vehículo, para pasar de un estadio a otro. En realidad, estas teorías son compartidas, hoy en día, por diversos estudiosos e investigadores. La novedad se le supone en el momento histórico en que se dieron a conocer. Alexander King fue uno de los pioneros, conocido por sus muchas actividades y publicaciones. Las teorías principales de Norbert Henrichs, se han expuesto en páginas anteriores. Aquí, cabría señalar su interés por la facultad creativa del ser humano, capaz de llevarle a la ciencia y, por tanto, a la sabiduría. Se interesa igualmente, en los atributos anímicos de la información y, en un cierto grado, le atribuye unas connotaciones teológicas. Otro de sus campos de investigación se centra en estudiar la información sensitiva, visual, táctil, acústica…, en contraposición con la textual. Asimismo se ha interesado en fundamentar la “ciencia de la información” como disciplina universitaria; hoy ya consolidada. Rafael Capurro, ha publicado un escrito sobre la introducción al concepto de información. En realidad se trata de un ensayo sobre la información en sí misma. Se sobreentiende una preocupación por el origen, significado, trascripción y representación del propio concepto de información. Téngase en cuenta su teoría sobre la “Hermenéutica”, de amplia difusión y conocimiento. De las teorías de Peter Ingwersen, se puede destacar, entre otras opiniones e investigaciones, aquellas que consideran la investigación como el resultado de una modificación de las estructuras del conocimiento del que recibe la información –se supone ser humano-. Igualmente se ocupa del concepto de información, que considera limitado por la influencia de la lingüística, la pedagogía, la sociología, la psicología y la informática. Enfocado de una manera u otra, las teorías neuronales se basan en los mismos principios y desarrollan casi idénticos razonamientos. Quizá A. N. Leontiev, aporte alguna novedad al relacionar la información con la conciencia, y suponer que aquélla es el modo en que la conciencia existe para los demás. Por otra parte, la información sirve de nexo entre sujeto y sujeto. Se entiende, en un proceso de comunicación. 8. Informacionismo: antecedentes Después de lo hasta aquí escrito, parecería que no fuese necesario seguir fundamentando la posibilidad de formular una nueva epistemología basada en la información, un informacionismo. Sin embargo, quizá convenga establecer relaciones con otras teorías de organización del conocimiento, toda vez, que se podrá vislumbrar un paralelismo entre ellas y la información, tomada ahora, como proceso mental. Así pues, la información llega al cerebro y comienza un proceso mental que empezando en la aprehensión, llega al conocimiento, y a la comprensión, para finalizar en un entendimiento total de aquello lo cual la información primera, comporta. Todo ello implica un procedimiento de organización del propio conocimiento. Por otra parte, se considera la información como hilo conductor, que actúa sobre la mente del ser humano, ayudándole a configurar su inteligencia. Cada época histórica ha fundamentado sus teorías del conocimiento, en un principio distinto, marcado por el estado de evolución de la humanidad. Igualmente, han influido las tendencias filosóficas que han ido estudiando el ser humano según diferentes puntos de vista, así han surgido distintas teorías, como el causalismo, el empirismo, el positivismo, el historicismo, el fisicismo, etc… Ahora, se consideran las relaciones que se puedan aplicar entre algunas de esas conocidas teorías y la información. Se empieza por el causalismo que dice no haber efecto sin causa: efecto = quanta de información útil impactando en el cerebro; causa = conocimiento. El realismo concreta que los objetos reales son la base de los conocimientos. Elimina toda suposición y no admite más que hechos concretos. Aquí la idea se corresponde con objeto, y aquella tiene su origen en la información, que pasará a ser el objeto. La teoría que más se adapta, es el positivismo, ideado por Auguste Comte, la cual se basa en que sólo los hechos, captados inmediatamente por los sentidos y sometidos a una verificación cuantitativa, pueden producir conocimiento. Admite, también, una actitud social, pues la captación del mundo exterior puede condicionar nuestro comportamiento. En los últimos tiempos, quizá desde 1980, por citar una fecha orientativa, se vienen considerando, en el ser humano, sus componentes químico y espiritual, lo que conlleva un giro en la postulación de estas teorías. Posteriormente, ha surgido una moderna teoría del conocimiento, basada en el principio “conócete a ti mismo”, que tanto auge ha adquirido últimamente, donde se estudia al ser humano y se escudriña dentro de él, corporal y anímicamente, en un intento neorrealista de querer reducir las actividades del espíritu a meras ecuaciones y fórmulas químicas y físicas, con el pretexto de que el ser humano está formado por elementos y compuestos químicos. En los más recientes tiempos, se viene observando un nuevo giro hacia una postura más humanizante. Citemos, por ejemplo, a Fernando de Elzaburu, que basa su teoría de la organización del conocimiento en un cambio de paradigma, de su nueva “visión de la realidad”. Vivimos en un periodo de transmutación y por tanto, los antiguos parámetros de referencia no sirven. Se deben aceptar otros de un nivel mayor de abstracción, que tienen su base en la teoría de sistemas. Norbert Henrichs, postula su teoría, asimismo, en un cambio de paradigma, cuando añade a la información una connotación filo-teológica, basada en la adquisición del “saber” –más complejo que “conocer”-; saber subjetivo y relativo, en cuanto a humano, pero absoluto y objetivo en cuanto a su relación con la ciencia –nota de la autora-. Jirî Cejpek, fija su paradigma en la conciencia humana, como un fenómeno psicofísico que se realiza en el cerebro cuando es impactado por la información. Otras muchas formulaciones, de otros muchos autores, se podrían citar aquí deducibles de lo ya escrito. 9. Informacionismo: nueva teoría del conocimiento Aunque se admite que, en realidad, estamos en la Era de la Comunicación, ya que la información se mueve y llega a todas partes por medio de la comunicación, es evidente que la información nos rodea e inunda. Ni siquiera en una isla desierta, nos podemos librar de ella. La información es la base para toda actividad humana, es base de todos nuestros razonamientos, es principio de toda actitud social, es base… Es base para formular una teoría del conocimiento, tomando como paradigma fundamental la información, al cual denomino “Informacionismo”. El Informacionismo conlleva, por una parte, una postura optimista al pensar que se podrá llegar a un mundo más ecuánime y homogeneizado, si se aplican sus paradigmas acertadamente. Al mismo tiempo, conlleva una postura de espera y esperanza, por cuanto que supone una actitud de incertidumbre, en tanto no se conozca la verdad. Asimismo, presupone un principio funcional de actividad pensante, filosófica y científica, con su repercusión en el desarrollo de la ciencia. De igual manera, repercute en actividades cotidianas, como el comercio y la industria. Su influencia se deja sentir en el comportamiento moral y en el cultural. También influye en actividades pragmáticas, como por ejemplo: la toma de decisiones. Situarse en esta postura basada en el Informacionismo, supone ver el mundo desde un nivel superior, donde se observa una amplitud de conceptos, un grado más elevado de abstracción. El Informacionismo es objetivo en sí mismo, depende, en cada caso, de razonamientos reales, a su vez objetivos, basados en la existencia de una información, nuevamente, real y objetiva, por ello mismo, verdadera. Por tanto, el Informacionismo es, a su vez, verdadero y real. Estas posturas, un tanto deterministas, afirmando una visión totalitarista de la información, como germen de “todo” lo que sucede en el Universo, donde se incluye el Planeta Tierra y el resto del cosmos, conduce a considerar el Informacionismo desde un aspecto panteísta, de connotaciones globalizadoras, tenida ésta en sentido positivo, así pues se puede considerar aquél con atributos positivistas. Se deduce, que se puede calificar el Informacionismo como humano, objetivo, realista, optimista, globalizante, positivista, filosófico, científico, pragmático, real, terrestre, cósmico…, panteísta. En fin, todos calificativos “buenos”. Existirán investigadores y estudiosos que no estarán de acuerdo con esta clasificación y teorías… esperemos sus reacciones. En cualquier caso, se afirma que la época del Informacionismo ha llegado. 10. Conclusiones Vivimos en un mundo en continua evolución, lo que nos lleva, asimismo, a una constante transmutación. En los últimos años, quizá unos veinte, por fijar alguna fecha, las transmutaciones han sido mayores que en los cincuenta años precedentes. La tecnología informática ha supuesto la causa de todo ese cambio. Ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos, ni acertamos a precisar nuestras actitudes delante de las máquinas, por ejemplo, de una computadora. ¡Quién nos vio y quién nos ve!, realizando un trabajo de investigación, o redactando una conferencia, o enviando una carta a un amigo… Las máquinas y artilugios electrónicos, no hubieran adquirido tanta importancia en nuestras vidas, si no viniesen influidos por un motor… de cambio. Aquí es donde se encuentra la información, precisamente en ese motor de cambio, principalmente, determinado por dos factores que se concretan, por un lado en la cantidad y, por otro, en la velocidad, en que es hallan inmersos los seres humanos. Se vive instalados en la “prisa”. Hay prisa para todo, incluso, o quizá por eso, para dominar la cantidad de información que nos rodea. Nuestro mundo, es un mundo cambiante, influido por la información. Ella misma, nos lleva a comprender, que se deben ensanchar los ámbitos de reflexión, los puntos de mira. Todo está relacionado con todo y para poder discernir cuál es aquello que acapara la relevancia, o la atención, o el interés, se debe adquirir un grado mayor de abstracción. Se deben ver las cosas, desde más arriba, subir a un nivel mayor de pensamiento… Asimismo, se debe aspirar a llegar a una cosmovisión… de mayor nivel de abstracción. La información misma debe ser considerada desde esa perspectiva, de un mayor nivel, de un grado, igualmente, mayor de abstracción. Desde que se puso de manifiesto la aparición de la información, por una influencia de impulsos venidos del exterior –quanta de información- al cerebro, impactando las neuronas y activándolas, casi todas las definiciones encontradas, contemplan este aspecto, apareciendo las connotaciones antropológicas, neurológicas, biológicas, ontogénicas, epistemológicas, teológicas. A este respecto, nuestro compañero, A. García Gutiérrez, habla de la “bioinformación”. El influjo de la información en el desarrollo cultural de los pueblos, se observa en varios pasajes aquí escritos. Se habla del reflejo de la realidad en nuestra mente y se citan los autores eslovacos por la novedad y progreso que supone, en esos países, su incorporación a otras formas de pensar. También se habla de la información como ruta de civilización y cultura de todos los tiempos. Se la supone perteneciente al mesosistema, dentro de los noosistemas. Y se hace reflexionar sobre la validez de una nueva teoría epistemológica, basada en el paradigma de la universalidad de la información, llamada Informacionismo. Se vislumbra el nacimiento de una nueva rama del Saber, independiente en sí misma; pero relacionada sistémica y verticalmente con las demás ciencias del concierto de saberes, esto es, la propia Información como ciencia en sí misma. Referencias
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Entradas incorporadas Palabras clave: Informacionismo, información como ciencia, definiciones de información, información como fenómeno, información como proceso, teorías neuronales de la información, cosmovisión de la información, Epistemología, quanta de información útil, información como energía. Nota: Extraído del trabajo publicado en Informaçao & Sociedade: Estudos, 14 ,2, 2004. |
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