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Comúnmente se asume que los estados mentales pueden ser caracterizados a
través de cierta actitud psicológica y de cierto contenido. El contenido de un
estado mental es un contenido mental. Un precedente de este análisis puede
encontrarse en Russell. Creer, desear, recordar, sentir, percibir, etc., son
ejemplos de actitudes psicológicas. Lo que es creido, lo que es deseado, lo que
es recordado, lo que es sentido, lo que es percibido, etc., sería el contenido
mental que en cada caso se asocia con esas actitudes.
Muy a menudo también se asume que existen dos grandes clases de contenidos mentales: conceptuales y no-conceptuales. El contenido conceptual es el contenido semántico que podemos encontrar en palabras, expresiones y sentencias de un lenguaje. El contenido que típicamente tienen las creencias, los deseos, los recuerdos, etc., es el mismo que el contenido de ciertas sentencias. Los estados mentales con contenido conceptual son llamados también “actitudes proposicionales”, siendo su contenido una proposición particular que podría ser expresada por una cierta sentencia. El contenido no-conceptual es un contenido experiencial, cualitativo o fenomenológico. Sería el contenido que típicamente tienen los sentimientos, las percepciones y las sensaciones. Mientras que el contenido conceptual es evaluable semánticamente de un modo directo, el contenido no-conceptual no lo es. No obstante, el contenido no-conceptual puede ser evaluado como más o menos correcto o incorrecto, o como más o menos adecuado o inadecuado, etc. Los estados mentales con un contenido no-conceptual son llamados habitualmente “estados cualitativos”, “estados experienciales” o “estados fenoménicos”. Su contenido sería un carácter cualitativo, experiencial o fenoménico no identificable con ninguna proposición. Una tesis muy importante con respecto a la distinción entre contenido conceptual y no-conceptual es que quizás haya estados mentales con contenido tanto conceptual como no-conceptual. Otra tesis no menos importante es que quizás todo estado mental con contenido conceptual tiene también algún tipo de contenido no-conceptual. El contraste entre internismo y externismo ha constituido una de las más dramáticas discusiones sobre el contenido mental en los últimos años. El internismo sostiene que los contenidos mentales –y los estados mentales—sólo dependen de factores internos a la mente de los sujetos. El externismo sostiene que los contenidos mentales –y los estados mentales— esencialmente dependen de factores externos a sus mentes. Dichos factores externos incluirían normas lingüísticas de la comunidad, cómo los expertos usan ciertos términos, y las relaciones con el mundo externo. Descartes y Frege serían dos ejemplos clásicos y paradigmáticos de internismo. El externismo fue introducido por autores como Putnam, Burge y Kripke. Referencias
Son sumamente útiles los recursos bibliográficos ofrecidos en la página web de David Chalmers: <http://consc.net/chalmers/> | Entradas
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